Es la forma de distribución de amplitudes de frecuencias, las cuales corresponden a diversos fenómenos ondulatorios, pero agrupados como tres principales: lumínicos, sonoros y electromagnéticos. Se puede observar qué tipo de ondas, y de qué intensidad, se producen con la presencia de luz, sonido y otras ondas electromagnéticas.
Una frecuencia distinta a otra cambia el resultado percibido. En la luz (espectro visible), cambia el color; en el sonido, la nota producida. El espectro se puede representar como un gráfico que puede identificar distintos tipos de frecuencias a la vez, o analizar un tipo particular de frecuencia. El llamado “color blanco” no es más que el conjunto de todas las frecuencias visibles con la misma intensidad. Al cambiar la intensidad de una, cambia el color, y el gráfico del espectro cambia de forma. Si sucede lo mismo con el sonido, se dice que hay “ruido blanco”, la situación en las que todas las frecuencias sonoras viajan con igual intensidad.
Por su parte, existen otras ondas electromagnéticas que van desde una señal de radio hasta ciertas emisiones radiactivas: rayos X y rayos Gamma. Una frecuencia de radio distinta a otra se puede ver en el día a día; las emisoras de radio controlan estas frecuencias y codifican su mensaje a través de ellas, y el dispositivo receptor lo decodifica en ondas sonoras. Pasa lo mismo con las demás ondas: la vista y el oído decodifican el mensaje captando cada frecuencia por separado. Por otro lado, las emisiones de radiación son especialmente útiles para identificar ciertas propiedades de lejanos cuerpos celestes, como un cuásar, que liberan energía continuamente pero tal vez la distancia dificulta su observación con telescopios ordinarios. En astronomía la rama que se especializa en la detección y estudio de las emisiones electromagnéticas en la región de radio del espectro se llama "Radioastronomía"